La presencia de Cornejo se da en un contexto de cordialidad formal pero sin avances reales, como quedó en evidencia en el reciente cóctel en La Rural, donde participaron varios gobernadores y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Desde el Gobierno admiten que atraviesan “el peor momento del vínculo con el interior” desde que asumieron, pero relativizan la gravedad del conflicto.
Por ahora, el Ejecutivo mantiene su postura: los vetos están firmes, los reclamos provinciales tienen “fines políticos” y cualquier respuesta será también política. La reunión con Cornejo será una señal institucional, pero no implica una negociación abierta ni un giro en la estrategia oficial.