El argentino salió decidido a exprimir cada milésima en la primera tanda (Q1), pero un despiste en la chicana final arruinó su último intento cuando venía mejorando. Su registro de 1m17s670 no alcanzó para avanzar, pero sí reflejó su lucha constante en un fin de semana donde el Alpine se mostró inestable y falto de tracción. Aun así, Colapinto volvió a dejar en claro que, más allá del resultado, su temple y actitud de pelea están intactos.
“La Q2 era imposible. Creo que 16 o 17 podríamos haber quedado, pero es un auto muy difícil. Le pegué a un piano como le pegan todos y las gomas de adelante se levantaron en el aire. No tenía dirección. Tenemos que buscar siempre esa última milésima y nada... no sale”, argumentó un
Franco Colapinto muy decepcionado, reflejando los problemas que tuvo en el cierre de la Q1.
Del otro lado del garaje, la historia fue completamente distinta. Lando Norris voló en el trazado mexicano con una actuación deslumbrante: 1m15s586 a bordo del McLaren, superando a las Ferrari de Leclerc y Hamilton en un final electrizante. El británico consiguió así su quinta pole del año y la 14ª de su carrera, devolviéndole al equipo de Woking el primer lugar de largada en México después de 35 años, cuando Gerhard Berger lo lograra en 1990.
Mientras Norris buscará convertir su pole en victoria, Colapinto largará desde el fondo con una sola misión: remontar, aprender y seguir demostrando por qué es una de las promesas más esperadas del automovilismo argentino.
El Gran Premio de México concluirá este domingo, desde la hora 17:00 de nuestro país con la competencia sobre un recorrido de 71 vueltas o 120 minutos de tiempo máximo.