La etapa complementaria fue verdaderamente apasionante, con tanta acción como en la primera pero agregándole el condimento de los goles. Fue Lamine Yamal el que generó una jugada por la derecha tras un pase de Álvaro Morata cuando recién arrancaba el segundo tiempo: el pase rasante a la puerta del área fue como una daga cuando apareció por sorpresa Dani Olmo para sacar un disparo que se metió dentro del arco, bien lejos de la resistencia de Neuer.
En Stuttgart, la Roja estaba llevándose no sólo el boleto a semifinales, sino que estaba dejando en el camino al dueño de casa, uno de los máximos favoritos al título. Y esa sensación crecía a cada minuto, especialmente cuando los de Nagelsmann desaprovecharon dos ocasiones claras. La primera a 15 del final, cuando Florian Wirtz le ganó la espalda a Marc Cucurella y sacó un centro rasante que encontró a Niclas Füllkrug peleando a los agarrones con Nacho, pero fue el delantero alemán el que la enganchó casi en el área chica: su disparo pegó en el palo.
La siguiente cuando ya se jugaban los últimos diez y el arquero Unai Simón cometió un increíble error en un saque de arco, que le dejó la pelota servida a Kai Havertz, quien controló, la picó y dejó la pelota apenas arriba del travesaño.
Quedaban los últimos 120 segundos del tiempo regular cuando Antonio Rüdiger sacó un centro desde la derecha sin demasiada precisión que cayó en el pecho de un compañero y terminó generando una peligrosa jugada ofensiva gracias a la intervención de Kroos, quien la abrió rápido a la izquierda con Maximilian Mittelstädt. Ese centro cruzado cayó en el segundo palo para la corrección de Joshua Kimmich, que con un cabezazo lanzó una perfecta habilitación atrás que derivó en el agónico empate por el remate de Wirtz.
Todavía quedaban minutos de épica en esta llave de cuartos de final. El tiempo suplementario trajo algunas situaciones que mantuvieron la tensión viva. Desde la atajada de Unai Simon tras un gran cabezazo de Füllkrug hasta la enorme polémica por el remate de Jamal Musiala que impactó en la mano izquierda de Cucurella dentro del área, pero que no fue considerada penal ni por el árbitro principal, el inglés Anthony Taylor, ni por su asistente en el VAR, su compatriota Stuart Attwell.
La escena de la épica, la foto que se grabará en los libros de historia, sin embargo, tendrá a Mikel Merino en el plano principal. El futbolista de 28 años, que milita en la Real Sociedad, saltó a la cancha sobre el final del complemento en tiempo regular para ocupar el lugar de Nico Williams y terminó siendo el héroe de la Roja.
Fue cuando restaban poco más de 60 segundos para arribar a los penales que apareció Merino. El partido ya rozaba los 119 minutos de los 120 que obliga a jugar el tiempo extra. El centro de Dani Olmo lo encontró posicionado en el corazón del área, justo detrás de Rüdiger, y sin oposición: su impacto fue correcto, lejos de Neuer y a contrapierna del arquero.
Este agónico tanto fue el cachetazo definitivo para los dueños de casa que llevan casi dos décadas sin ganar la corona de la Euro (el último título fue en Inglaterra 1996). Al igual que en el 2020, cuando se marcharon en octavos de final tras caer contra Inglaterra, los alemanes siguen viviendo un proceso esquivo en las grandes citas que se combina también con la despedida apresurada del Mundial de Qatar 2022 y de Rusia 2018 (en ambos casos no logró superar la fase de grupos).
El próximo paso para la Roja será el martes 9 de julio en el Allianz Arena de Múnich contra el vencedor de Portugal-Francia. Los españoles, que cuentan tres coronas en la historia y son los máximos ganadores junto con los alemanes, sueñan con repetir lo hecho en las ediciones 2008 y 2012, cuando alzaron de manera continuada la copa.
Infobae