La colocación del busto fue una demostración más de que los movimientos independientes de Villarruel generan ruido dentro y fuera de La Libertad Avanza, aunque la agenda propia de la vice está totalmente vinculada a la interna libertaria y al destrato que, según afirman en su entorno, le dispensan Karina Milei y Santiago Caputo.
La Casa Rosada aisló a Villarruel. De hecho, Milei afirmó que, si bien no esta de acuerdo con la instalación del busto de la viuda de Juan Domingo Perón, el Senado "es la casa de ella", con lo que marcó claramente la distancia. No obstante, cerca de la vice se quejan de que a pesar de esa visión el Ejecutivo suele marginarla de las negociaciones con la oposición dentro de "su casa".
Esto impulsa a la vicepresidenta a desplegar una agenda separada de la de Milei. El busto fue apenas un caso más. Días atrás Villarruel realizó un viaje oficial a Europa en el que se reunió con el Papa Francisco y además suele visitar distintas provincias para reunirse con gobernadores, un movimiento típico de dirigentes que buscan un armado propio. La última fue a Neuquén, donde se fotografió con Rolando Figueroa.
Esos movimientos obedecen a la interna pero también la agravan, dado que reafirman la desconfianza de la hermana y el asesor del Presidente hacia el juego propio de la vice. En los últimos días incluso corrió una versión sobre la supuesta intención de avanzar con un armado electoral distinto de cara a las legislativas de 2025, de la mano del senador Francisco Paoltroni, echado del bloque La Libertad Avanza por Caputo.
El Senado, a la espera de la próxima sesión: ¿qué escenario enfrenta la vice?
En cualquier caso, la situación afecta la actividad del Senado y la capacidad de la vice de manejarlo. Sin apoyo concreto de la Casa Rosada, con un bloque oficialista que ocupa apenas 6 de las 72 bancas y una oposición dialoguista más bien resbalosa (y ahora, además, molesta) a la titular de la Cámara alta se le empezó a complicar la tarea.
"La actividad parlamentaria viene siendo pobre y las comisiones navegan en la intrascendencia", largó ante iProfesional una fuente senatorial. Ciertamente, Villarruel tiene poco margen de maniobra debido a la interna y a la debilidad del oficialismo.
Sin embargo, eso impide que desde los bloques dialoguistas empiecen a deslizar críticas. Algunos se animan a trazar comparaciones con Cristina Kirchner en cuanto a la desconexión con la Rosada -como ocurrió con la ex vicepresidenta y el ex presidente Alberto Fernández- y sobre todo por lo que interpretan como un uso del Senado para una agenda política personal.
Probablemente el clima actual también le hace más difícil a Villarruel abrir el recinto del Senado porque en la siguiente sesión, cuando sea que ocurra, varios de estos cuestionamientos se expresarán en voz alta y habrá que ver cuántos salen -previsiblemente- del kirchnerismo y cuántos de algún bloque dialoguista.
De cualquier forma, Victoria Villarruel parece empezar a sufrir el desgaste de la gestión al frente del Senado, donde ahora se encamina a un doble desafío: por un lado, contener el enojo sindical y de la planta de empleados por los despidos y, por el otro, recuperar la iniciativa política para evitar nuevos traspiés del Gobierno en una Cámara donde no tiene las cosas fáciles.