Lanús tenía la cabeza en otro lado, está claro. Su visita a Tucumán era tan solo para cumplir con el calendario de la Liga: la mente de los de Ricardo Zielinski está enfocada en otro objetivo. Es decir, la semifinal de vuelta del próximo miércoles ante Cruzeiro (la ida fue 1-1). El propio Ruso marcó las prioridades al cuidar a los caudillos. Y Atlético sacó provecho de ello: la superioridad del Deca se vio desde el arranque, en donde los de Facundo Sava se pararon dentro del campo granate para encontrar el 1-0 en los pies de Mateo Coronel, que enganchó una pelota cerca de la medialuna de Aguerre para soltar un zurdazo espectacular que se incrustó sobre el poste derecho del arquero.
Ahora bien: después del 1-0, los tucumanos no se quedaron. Todo lo contrario: acertaron al seguir merodeando el área de Lanús, a punto tal que pudieron haberse ido varios goles arriba. Algo que no ocurrió por la mala puntería de Bajamich, que falló un cabezazo en las narices de Aguerre, y porque el propio Coronel terminó ejecutando con bajas calorías un penal atajado por Aguerre. Un tiro que, si hubiese acabado en gol, le habría dado mayor holgura en el score al equipo (y tranquilidad en el partido). Pero el triunfo no estaba en discusión: la chance ya se había aprovechado.
Olé