El reclamo no gira en torno a cuestiones salariales. “Quiero aclarar a los papás: lo nuestro no se trata de sueldo, de que nos paguen antes o después. Lo nuestro es un reconocimiento docente que no tenemos”, remarcan.
Ese reconocimiento implicaría el acceso a una jubilación digna, con el 82% móvil, derecho que actualmente les es negado. Muchas de las maestras que hoy continúan dando clases, podrían acogerse al retiro si tuvieran el reconocimiento provincial. Pero no pueden hacerlo. No como docentes.
“Desde el jardín de infantes hay docentes que ya tienen que jubilarse. Sus hijos pasaron por nuestras manos, por nuestras enseñanzas. Ya tienen la edad, pero les faltan los aportes jubilatorios”, explican.
El conflicto se da en el cruce entre jurisdicciones. Aunque el municipio reconoce a las docentes bajo un estatuto municipal y cumple con los pagos, no gestionó ante la provincia su reconocimiento como trabajadoras de la educación, lo que ha dejado a las maestras en un limbo administrativo. Quienes terminaron tomando la posta fueron el sindicato municipal de Yerba Buena y las propias docentes, que hoy se ven obligadas a sostener medidas de fuerza.
“No somos los malos de la historia. Estamos en el medio de esto. Pedimos paciencia, agradecemos el apoyo de las familias y sobre todo de nuestros alumnos. A ellos les enseñamos a luchar por sus derechos, y eso es lo que estamos haciendo ahora: luchar por los nuestros.”
El reclamo, que se volvió visible a través de videos compartidos en redes y mensajes solidarios de exalumnos, ha generado un fuerte respaldo por parte de la comunidad educativa.
“Estudiamos para esto. Somos docentes, fuimos los docentes de sus hijos y queremos jubilarnos como tal, no como empleados municipales.”Mientras esperan una respuesta, las docentes ratifican que apenas haya una definición favorable, informarán el regreso a las aulas. Pero por ahora, siguen firmes, unidos, exigiendo lo que por derecho les corresponde: ser reconocidas como docentes.