Ambos sectores apuntan a un modelo económico que, según sostienen, reprimariza la economía, favorece la exportación de materias primas sin valor agregado y desincentiva la producción nacional. También cuestionan la falta de diálogo institucional: tras varios intentos fallidos de reactivar la Mesa del Diálogo Social, UIA y CGT decidieron participar del Consejo de Mayo, con la expectativa de canalizar allí sus reclamos.
El desafío ahora es doble: convencer al Gobierno de revisar su estrategia económica y, al mismo tiempo, evitar que el debate sobre el “costo argentino” derive en un ajuste sobre derechos laborales. En ese marco, empresarios y sindicalistas buscan articular una agenda común que contemple una reforma impositiva progresiva, incentivos a la producción y mecanismos de protección para el empleo formal.