«Éste es el gran desafío que nos plantea el momento actual. Y si, en la consecución de estos objetivos, «nuestros días parecen mostrar signos de cierta regresión», no deja de ser cierto que cada nueva generación debe asumir las luchas y los logros de las generaciones pasadas, al tiempo que pone sus miras aún más alto», agregó luego Francisco.
«En un mundo cada vez más amenazado por la violencia, la agresión y la fragmentación, es esencial que los Estados y las empresas se unan para promover una solución ética con visión de futuro y modelos sólidos de globalización, que por su propia naturaleza deben implicar subordinar la búsqueda de poder y ganancia individual, ya sea política o económica, para el bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y aquellos en situaciones más vulnerables», sostuvo el mensaje dirigido al Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial. Klaus Schwab.
«Espero que sus debates tengan en cuenta la urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación entre grupos, comunidades y Estados, para abordar los desafíos que tenemos ante nosotros», enfatizó luego el Papa.