Según Aldana, los vuelos fueron contratados inicialmente bajo un acuerdo con la empresa Ocesa, pero tras la finalización del contrato, continuó brindando el servicio directamente al equipo del cantante sin recibir el pago correspondiente. Además, el piloto afirma haber recibido amenazas por parte de la abogada de Luis Miguel, Norma Mejía, luego de hacer pública la denuncia.
En un giro inesperado, la aerolínea privada Millennium Air, a la que supuestamente pertenecían las aeronaves utilizadas, negó cualquier vínculo con Aldana, asegurando que nunca trabajó para ellos ni tuvo relación alguna con la empresa.
Hasta el momento, Luis Miguel no ha emitido declaraciones oficiales sobre el caso y continúa con su exitosa gira internacional, que ha sido una de las más lucrativas de su carrera. Sin embargo, este nuevo escándalo se suma a una serie de controversias legales que han rodeado al artista en los últimos años, incluyendo demandas por incumplimiento de contrato y disputas financieras con exrepresentantes.