Era el juicio más esperado de los últimos años. El país y el mundo querían respuestas sobre la muerte de
Diego Armando Maradona. Pero este jueves, tras más de dos meses de audiencias, 40 testigos y una tensión judicial creciente, el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro declaró la nulidad del proceso. El motivo: la jueza Julieta Makintach estaba filmando un documental sobre el juicio sin consentimiento de las partes.
La bomba la lanzó el juez
Maximiliano Savarino, quien presidió la audiencia junto a Verónica Di Tommaso, luego de que Makintach fuera recusada. “La participación de la magistrada generó múltiples discusiones en los cuartos intermedios, tanto con testigos como con abogados”, explicó Savarino al comunicar la decisión.
La escena en la sala fue conmovedora.
Jana, Dalma y
Gianinna Maradona, sentadas junto a
Verónica Ojeda, escucharon entre lágrimas la nulidad del juicio que había puesto en el banquillo a siete profesionales de la salud acusados de homicidio simple con dolo eventual. La esperanza de justicia por la muerte del ídolo mundial se esfumó, al menos por ahora.
La participación de Makintach en un documental sobre el juicio sin notificar a las defensas, la fiscalía ni los querellantes fue calificada como una “violación del debido proceso” por las defensas. La filmación, según trascendió, mostraba escenas internas del tribunal y contenía declaraciones obtenidas sin autorización.
“Lo sabíamos, pero no queríamos que pasara. Es un golpe durísimo”, confió una fuente cercana a la familia Maradona.
Ahora, la causa judicial deberá volver a fojas cero. Se conformará un nuevo tribunal y se reprogramará el debate, aunque no hay fechas claras ni certezas sobre cuánto tiempo demandará.
La nulidad del juicio por la muerte de Diego no solo deja un vacío legal. Expone, además, una profunda crisis en el sistema judicial, donde la figura de un magistrado puede alterar el curso de un proceso por protagonizar un documental. La justicia, una vez más, quedó bajo sospecha.
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