Para los analistas, el desafío será mantener el equilibrio entre tipo de cambio, inflación y tasas de interés, en un escenario donde la oferta de dólares se reduce y la demanda tiende a crecer. “El mercado va a testear los límites del esquema actual”, advirtió Gonzalo Carrera, de Equilibra.
En este contexto, se espera que el dólar se mantenga en una franja de $1.200 a $1.260 durante julio, aunque con episodios de tensión. La clave estará en cómo responda el Gobierno ante eventuales shocks y si logra sostener la calma cambiaria sin sacrificar reservas ni credibilidad.