, “si no tenemos coherencia interna, nunca vamos a ser columna vertebral de la oposición”, manifestando la fragmentación y la falta de una estrategia común que atraviesa hoy al radicalismo tucumano.
Romano Norri criticó la confusión política interna del radicalismo provincial, señalando la multiplicidad de sectores y liderazgos dispersos: "La sociedad no sabe cuál es el radicalismo; ¿el de Ascárate, el de Albarracín, el de Sánchez, el de Campero, el de los Romano Norri?. No podemos seguir funcionando como un mosaico de intereses personales. Necesitamos una identidad clara”.
Romano Norri, que proviene de una histórica familia política tucumana, hizo un llamado a la unidad con una fuerte exigencia de autocrítica interna: “Queremos partidos modernos, dinámicos, de puertas abiertas. Pero para ser una alternativa real necesitamos coherencia entre nosotros mismos”.
En esa línea, reafirmó su postura histórica contra el kirchnerismo y también contra el modelo ultraliberal de Javier Milei: "
Estamos en las antípodas morales del kirchnerismo y en las antípodas ideológicas del mileísmo".
Uno de los puntos más relevantes de la entrevista fue su referencia al futuro político de
Roberto Sánchez y
Mariano Campero, cuestionó la alianza fallida de ambos con
La Libertad Avanza.
El edil confirmó que está dispuesto a acompañar a Sánchez si decide renovar su banca como diputado nacional, siempre que lo haga dentro de la
UCR: “
Si hoy se dan cuenta y vuelven sobre sus pasos, me pone contento porque nos necesitamos todos”, y agregó “
Si Roberto quiere ser candidato, que lo diga con claridad. Nosotros queremos la UCR, no un partido cerrado ni decisiones a dedo".
Con relación a
Mariano Campero, fue contundente: "
No puede volver al radicalismo directamente, pero si quiere sumarse a nuestro espacio plural, será bien recibido, siempre y cuando haga una autocrítica real". "
Campero votó contra la universidad pública y convalidó el veto a los jubilados. Hoy, si reconoce su error, bienvenido. Pero el radicalismo necesita más que arrepentimientos: necesita coherencia", afirmò.
Romano Norri también denunció que la intervención del radicalismo en
Tucumán, impuesta por el Comité Nacional, es
ilegítima.
"Nunca se reunió la Convención Provincial, como exige el estatuto. La intervención fue decidida de manera inconsulta y sin los mecanismos legales. Queremos reestructurar el partido desde adentro, con los militantes eligiendo a sus candidatos”.
En paralelo a la disputa política aprovechó para destacar su desempeño como concejal. Subrayó su compromiso con el trabajo barrial, su negativa al uso de vehículos oficiales donde rechazó privilegios personales y defendió el contacto directo con la ciudadanía y una fuerte presencia legislativa. Entre sus proyectos sobresalientes están:
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Carta menú con pictogramas para personas neurodivergentes, facilitando la inclusión en bares y restaurantes.
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Uso de energía solar en edificios públicos, con la instalación de paneles solares en el Concejo Deliberante.
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Digitalización del Digesto Jurídico Municipal, para simplificar y actualizar la normativa vigente.
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Erradicación de basurales crónicos, con control al servicio de recolección de la empresa 9 de Julio, a la que cuestionó por una visible merma tras la prórroga contractual.
Advirtió sobre la merma en el servicio de recolección tras la prórroga contractual: “Volvimos a ver basura en los barrios. Los contenedores nuevos no son accesibles y el servicio decayó. Lo estamos monitoreando desde la comisión”.
Pese a pertenecer a la oposición, Romano Norri reconoció un 90% de coincidencias con la gestión de la intendenta
Rossana Chahla, especialmente en lo relacionado a políticas públicas y medio ambiente. Destacó también el papel conciliador del presidente del Concejo,
Fernando Juri: "
Gracias a su perfil de equilibrio y diálogo, el 85% de las ordenanzas de la oposición se aprueban por unanimidad. Eso no se ve en otros concejos del país".
Con la mirada puesta en las elecciones del 26 de octubre, Romano Norri reafirmó su compromiso con la reconstrucción de un radicalismo competitivo, participativo y coherente: “El radicalismo debe volver a representar una alternativa real. La gente está esperando definiciones claras. Si seguimos desordenados, nunca vamos a liderar una propuesta opositora con vocación de poder. El país necesita claridad y coherencia, y eso empieza en casa”.
En tiempos de fragmentación política, sintetizó su visión con un mensaje tan político como institucional: el radicalismo no puede ser un mosaico desordenado de intereses personales. “
No estamos para repartir cargos, Ni somos una confederación de kioscos”, reiteró con vehemencia. “
Para eso necesitamos dejar de improvisar y volver a creer en los partidos como instrumentos de cambio”, finalizó.
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