El Ejecutivo ha dado un paso clave en su estrategia económica con la implementación de un "blindaje fiscal", cuyo objetivo es incentivar el uso de dólares fuera del circuito bancario y reactivar la economía. Este giro se produce en un contexto de desaceleración de la actividad, según los últimos datos oficiales, lo que llevó al equipo económico a acelerar una serie de medidas para evitar un freno en el crecimiento.
La nueva iniciativa se enfoca en reducir los controles y flexibilizar el esquema impositivo, promoviendo la remonetización en dólares como alternativa al ajuste en pesos. El proyecto enviado al Congreso establece una serie de cambios clave en materia tributaria, incluyendo la eliminación de sanciones penales por ciertas irregularidades fiscales, la reducción de plazos de prescripción y la actualización de los montos desde los cuales se configura el delito de evasión.
Especialistas en economía consideran que esta estrategia puede estimular el consumo y las inversiones, aunque advierten que su éxito dependerá de la confianza del mercado y de la capacidad del Gobierno para sostener un equilibrio fiscal sin comprometer la estabilidad financiera.
Mientras la discusión avanza en el Congreso, el sector privado analiza cómo aprovechar las oportunidades que esta flexibilización ofrece, en un escenario donde la circulación de dólares podría dinamizar distintos sectores productivos y generar un impacto positivo en la actividad económica en el corto plazo.