En la provincia de Buenos Aires, el kilo de pan ya se vende entre $3.000 y $4.000, dependiendo de la zona. En Tucumán, el Centro de Industriales Panaderos confirmó que el nuevo precio sugerido se ubica entre $3.000 y $3.300, mientras que las especialidades superan ampliamente ese valor.
Los empresarios del rubro explican que la suba responde a un combo de aumentos en harina, huevos, grasa, tarifas de servicios y salarios. “La bolsa de harina subió más de un 10% y el cajón de huevos pasó de $50.000 a $80.000 en pocas semanas”, detallaron desde la Federación Industrial Panaderil.
El sector atraviesa una crisis profunda: desde diciembre pasado, más de 170 panaderías cerraron en Buenos Aires por la caída del consumo y la presión de los costos. Además, muchas dejaron de ofrecer productos de confitería por su baja rotación y alto riesgo de pérdida.
Aunque los panaderos aseguran que intentaron mantener los precios estables, advierten que la situación es crítica y que no pueden descartar nuevos aumentos en el corto plazo. En un contexto de inflación persistente, el pan —alimento básico en la mesa de los argentinos— vuelve a ser termómetro de la economía real.