El ataque ocurrió minutos después de que expirara el cese de hostilidades de 12 horas proclamado por Trump a través de su red Truth Social. La ofensiva iraní destruyó un edificio residencial y causó daños en varias manzanas, obligando a evacuar a la población hacia refugios antiaéreos.
Desde Teherán, el canciller Abás Araqchí negó la existencia de un acuerdo formal de alto al fuego y condicionó cualquier pausa a que Israel “cese completamente su agresión”. Israel, por su parte, no confirmó oficialmente la tregua y evitó responder militarmente tras el ataque, aunque previamente había bombardeado objetivos iraníes.
Este nuevo episodio se suma a una escalada que comenzó con el bombardeo estadounidense a instalaciones nucleares iraníes y continuó con el ataque de Irán a una base militar de EE. UU. en Catar. La Casa Blanca intenta mantener contactos con ambas partes para reflotar un cese de hostilidades que ya parece quebrado.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación, mientras el conflicto amenaza con desbordar las fronteras y derivar en una confrontación regional de mayor escala.