Uno de los temas más importantes —y menos visibles para la ciudadanía— es el acuerdo para que las plataformas actúen como agentes de retención.
Norri explicó que las app (
Uber, DiDi, Cabify y todas las que trabajen)
serán agentes de retención,
encargándose ellas mismas de pagar al municipio un tributo de 1,25% a 3% por viaje. Romano Norri manifestó, en términos políticos y jurídicos, es que esta decisión evita una distorsión clave: cargar más impuestos al pasajero, algo que hubiese generado una resistencia social enorme.
Además, el hecho de que empresas multinacionales acepten el esquema tributario local coloca a San Miguel de Tucumán como referencia nacional: “La cláusula existía, pero no se aplicaba. Lo que hacemos es hacer cumplir lo que ya está establecido”.
Destacó que este esquema podría convertirse en precedente nacional, al lograr que multinacionales acepten un modelo tributario local sin trasladarlo al pasajero.
El concejal también dio detalles sobre el próximo presupuesto municipal. Explicó que, pese a la inflación interanual, el aumento será del 11% en lugar del 37%, lo que lo convierte en “un presupuesto austero”.
Remarcó la importancia de revisar partidas sensibles, evitar discrecionalidad y fortalecer los mecanismos de auditoría: “
Necesitamos un Tribunal de Cuentas Municipal. No puede ser que el propio municipio se controle a sí mismo”.
Valoró el trabajo del presidente de la Comisión de Hacienda,
Emiliano Vargas Aignasse, por entregar la documentación con anticipación “para un análisis serio y profesional”.
Consultado por críticas que señalan al Concejo Deliberante como uno de los más caros del norte argentino, Norri defendió la necesidad de contextualizar: “No podés atribuir al concejal el costo del edificio, los servicios, el personal, la seguridad, el mantenimiento de los salones. El sueldo del concejal es una cosa; el funcionamiento institucional es otra”.
Pidió avanzar hacia leyes de ética pública y mecanismos que acerquen al ciudadano la información de gastos para evitar “
demonizaciones injustas”.
Norri confirmó que habrá al menos tres sesiones ordinarias antes del 23 de diciembre, más una extraordinaria para elegir la nueva mesa directiva. En los pasillos del edificio parlamentario su nombre suena para cargos de conducción, evitó mostrar ambición: “Soy halagado por el respeto de todos los bloques, pero no tengo pretensiones personales”.
Dio por hecho que
Fernando Arturo Juri continuará como presidente del Concejo “
por uso y práctica democrática”, pero adelantó que la oposición pedirá que las vicepresidencias sean ocupadas por otras fuerzas.
Destacó que el Concejo es verdaderamente abierto y dialoguista: “
El oficialismo no necesita a la oposición para votar, y aun así más del 50% de los proyectos provienen de la oposición y son aprobados. Eso muestra apertura y madurez democrática”.
Su declaración refleja un Concejo donde, pese a diferencias partidarias, las reglas de funcionamiento no están sometidas a peleas internas, algo poco común en la política argentina actual.
Norri analizó también el panorama político nacional a días del recambio: “Se viene un momento muy difícil en lo económico, suavizado por la colaboración de Estados Unidos. Pero hay que cuidar la soberanía”.
Afirmó que la nueva composición del Congreso obligará al diálogo y a evitar “atropellos”, y defendió el rol de la oposición como garante de derechos: “
Estamos para poner límites, para que no se vulneren la universidad pública, los jubilados o las personas con discapacidad. Ese es el verdadero equilibrio democrático”.
El concejal manifestó que
Argentina y
Tucumán atraviesan un escenario que exige seriedad, consenso y responsabilidad institucional.
“La democracia funciona cuando nadie puede entorpecer el proceso del otro. Todos tenemos que sentarnos a consensuar y alejarse de “puteríos” y confrontaciones estériles”, concluyó.