Albarracín defendió la “impronta de gestión cercana” de Jaldo, reivindicó logros en infraestructura y articulación institucional y dejó abierta la puerta sobre su futuro político en Concepción. “
, afirmó, diferenciándose del ideario libertario.
Raúl Albarracín no esquivó ningún tema propuesto por el periodista
Gustavo Masa en su comunicación telefónica con
Parte de Prensa, el secretario de Estado de Gobierno y Relaciones Institucionales trazó un mapa político claro de dónde está parado Tucumán y hacia dónde pretende avanzar. Desde el primer minuto dejó planteado el sello que, asegura, guía cada decisión: “La impronta de la gestión del gobernador
Osvaldo Jaldo marca un ritmo intenso. El Gobierno debe estar al servicio de los tucumanos y eso implica presencia, cercanía y articulación con instituciones de toda la provincia”.
Explicó que el rol de su área es “poner la política y el gobierno al servicio de los comprovincianos”, y subrayó que este trabajo implica recorrer el territorio todos los días. “Una de las premisas del gobernador es tener un gobierno cercano a la gente, y de esa manera lo logramos”, sostuvo. El funcionario también remarcó que su agenda implica vínculos con organismos nacionales, municipales, comunales y con organizaciones de la sociedad civil: “Hay muchas ONG con fines nobles y el Estado debe acompañarlas”.
Haciendo un balance de gestión, Albarracín destacó que lo hecho en Tucumán no comenzó con un nuevo ciclo nacional, sino antes. “Desde hace dos años que gobierna Osvaldo Jaldo, Tucumán ha cambiado. Tucumán recuperó su red vial primaria: la 329, la 325, la 344, la 307, que era una deuda pendiente de décadas”, enumeró. Y fue categórico al marcar una diferencia temporal clave: “Tucumán cambió antes de que asuma Milei como presidente”.
Aseguró que Jaldo aplicó criterios de ordenamiento que hoy la Nación toma como novedad. “El gobernador empezó a tomar medidas que eran totalmente inauditas para lo que veníamos acostumbrados: ajustes políticos, austeridad administrativa y superávit fiscal. Lo hizo dos meses antes de que asumiera el presidente y cuando aún no había un presidente electo”, enfatizó.
Sobre las urnas, Albarracín interpretó que el resultado habla por sí solo: “El 51% de los tucumanos le dio el respaldo al gobernador. Lo que se evaluaba era el modelo de gestión”.
Consultado por el reconocimiento que llega desde distintos puntos de la provincia por su labor territorial, respondió: “
El trabajo en equipo en nuestro caso no es un eslogan. En la gestión de Osvaldo Jaldo es una realidad concreta. Gobierno trabaja con Salud, con Deporte, con Turismo, con Cultura. Somos partes de un todo”.
En su análisis sobre el impacto territorial de las actividades deportivas y turísticas, Raúl Albarracín se detuvo especialmente en el fenómeno del
Desafío Rural Bike, que este año se consolidó como uno de los grandes motores de movilización social, económica y turística de Tucumán.
El abogado definió el programa como “una política pública que excede lo deportivo”, y subrayó que se convirtió en un caso testigo del modelo de articulación que impulsa el gobernador Jaldo. “En ocho eventos que hemos realizado en el año —y mañana será el octavo— llevamos 13.000 participantes y más de 400 kilómetros recorridos en distintos parajes de la provincia”, remarcó con precisión, elevando el impacto mucho más allá del deporte amateur.
Albarracín explicó que, detrás de cada fecha, hay una maquinaria simultánea de logística, turismo, cultura, seguridad y economía regional. “Siempre fluctuamos entre 800 y 1.200 competidores por carrera, y un promedio de 250 son de fuera de Tucumán”, detalló. El pico fue la Vuelta al Valle, en Tafí del Valle y El Mollar, donde —según señaló— “compitieron 360 bikers de fuera de la provincia, un verdadero hito”.
Para el secretario, cada competencia convierte a una localidad en un nodo de movimiento económico y social. “Si vienen a competir, tienen que pernoctar al menos una noche, explicó. Eso significa hoteles, casas de familia, gastronomía, kioscos, artesanos y comercios moviéndose al mismo tiempo”. Y fue categórico al describir el impacto inmediato: “
Se genera una dinámica en la economía local, una afluencia de gente a lugares que no están acostumbrados a recibir ese caudal, y eso transforma la comunidad”.
Albarracín describió con imágenes concretas lo que ocurre en cada pueblo anfitrión. “Vos imaginate mañana
Alpachiri: va a estar inundado de vehículos, de gente, de bicicletas. La plaza y las calles aledañas se llenan para la acreditación”, señaló. Mencionó también lo sucedido en Arcadia con el Desafío Pueblo Viejo, en Alberdi con el Desafío Octava, y en cada rincón de la provincia donde la caravana biker dejó su huella. “
Vamos desde Trancas hasta La Cocha, desde los Valles Calchaquíes hasta el paraje más pequeño. Es Tucumán entero puesto en movimiento”.
La descripción de Albarracín no se limitó a un repaso numérico. Fue política. “Es un enorme placer haber sido realizadores de estos eventos, afirmó. Generan movimiento, generan comunidad, generan orgullo y muestran nuestras bellezas naturales para que los tucumanos las redescubramos y para que los que vienen de afuera se enamoren de Tucumán”. Y agregó; “Esto no es sólo deporte, es identidad, es desarrollo y es Estado presente impulsando oportunidades en cada rincón de la provincia”.
Cuando la conversación giró hacia su futuro político en Concepción, Albarracín no esquivó la pregunta pero mantuvo el eje en la gestión. “
Estas cosas se van dando naturalmente por el ejercicio de la actividad política. La gente se manifiesta y busca con quién identificarse”, expresó. Pero fue prudente: “
Uno es parte de un equipo que conduce el gobernador Osvaldo Jaldo, y nuestra misión es cumplir con la gestión, no pensar en las próximas elecciones. Estamos gobernando para las próximas generaciones, no para la próxima elección”.
Frente a los reacomodamientos de fuerzas opositoras en Concepción, dijo sin titubeos: “
Lo que ha pasado en los otros partidos es producto de sus propias decisiones. Que la hermana del sucesor que eligió Sánchez sea quien deje vacante la banca del Congreso es consecuencia de ellos mismos”.
Cuando llegó el turno de analizar el cambio de paradigma nacional, Albarracín marcó una distancia ideológica tajante con
Javier Milei. “Tucumán tiene una idea de la política y una teoría del Estado totalmente opuesta a la del presidente”, declaró. Y fue aún más claro: “
Mientras Milei considera que el mal de los argentinos es el Estado, en Tucumán estamos convencidos —y lo mostramos a diario— de que el Estado es eficiente y moderno. El Estado apoya, ayuda e impulsa a la actividad privada. Estamos en la vereda opuesta al concepto de un Estado ausente”.
Antes de despedirse, dejó una última definición que resume la estrategia del jaldismo: “La mejor gestión es la que se hace con dedicación, actitud e intención. Es momento de trabajar al servicio de la gente”.
Albarracín cerró agradeciendo y convocando a los tucumanos a acompañar la última fecha del Rural Bike: “Es una jornada donde se pone el cuerpo en movimiento y la comunidad se moviliza. Tucumán tiene todo”.