De cara al 2026 y 2027, Chiarella llamó a representar con fuerza a los sectores productivos y a construir condiciones de inversión y desarrollo: “No ponemos palos en la rueda. Vamos a ayudar a los que gobiernan, pero también a los que quieren gobernar.”
La elección cristalizó así un giro generacional y estratégico dentro de la UCR. Con Chiarella al frente, el radicalismo inicia una etapa donde la disputa por su identidad y su posicionamiento nacional promete profundizarse, mientras los gobernadores avanzan en la búsqueda de un liderazgo renovado y competitivo en el escenario político argentino.