El momento, captado por las cámaras y ampliamente comentado, generó especulaciones sobre la relación entre los principales referentes del gobierno. Mientras Milei ingresaba al templo junto a su gabinete, pasó de largo ante Villarruel y Macri, quienes lo esperaban en la entrada.
En un contexto político donde cada gesto cobra relevancia, la omisión del saludo no pasó desapercibida. ¿Fue una decisión intencional o simplemente un descuido? Lo cierto es que el episodio dejó en evidencia las tensiones internas y abrió el debate sobre la dinámica dentro del oficialismo.
Mientras tanto, el mensaje del Tedeum insistió en la importancia del diálogo y la unidad, recordando que la construcción de un país requiere cooperación entre sus líderes. Sin embargo, lo que no se dijo en palabras quedó reflejado en imágenes que alimentan las interpretaciones políticas.