El gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó el hecho como un acto de violencia política dirigida, asegurando que los responsables serán llevados ante la justicia. La policía ha iniciado una intensa búsqueda del sospechoso, quien logró escapar tras un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Este trágico suceso ha generado un fuerte debate sobre la seguridad de los funcionarios públicos y el aumento de la violencia política en el país. Líderes políticos han expresado su consternación y han pedido medidas urgentes para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir.
La investigación sigue en curso, mientras la comunidad y el país esperan respuestas sobre este ataque que ha dejado una profunda huella en la política estadounidense.