Durante el proceso, la defensa de Alperovich había solicitado en varias ocasiones una morigeración de la pena, pero los pedidos fueron rechazados hasta ahora. El juez aclaró que la prisión domiciliaria “no es un privilegio ni un acto de clemencia”, sino una herramienta legal prevista en casos específicos.
La causa sigue su curso en instancias superiores, mientras el exmandatario permanecerá bajo vigilancia judicial. El caso continúa generando repercusiones políticas y sociales, en un país donde la lucha contra la violencia de género sigue siendo una demanda urgente.