Iris celebró la iniciativa con entusiasmo: “Ahora puedo moverme sola para ir al colegio. Antes mi mamá tenía que ayudarme todo el tiempo”. Su testimonio refleja cómo una obra sencilla puede transformar la vida cotidiana y fortalecer la autonomía personal.
Vecinos y familias de la zona valoraron la decisión municipal, que no solo beneficia a personas con discapacidad, sino también a adultos mayores, niños y peatones en general. Las rampas se integran al entorno urbano como elementos de equidad, seguridad y respeto por la diversidad funcional.
Con estas acciones, Tafí Viejo reafirma su compromiso con una ciudad más inclusiva, donde la infraestructura responde a las necesidades reales de la comunidad y promueve el acceso igualitario al espacio público.