Durante el debate, trabajadores del Sindicato de Vendedores Ambulantes (SIVARA) repartieron porciones gratuitas de achilata a los transeúntes en la esquina de Monteagudo y San Martín, generando un clima festivo en torno a la discusión legislativa.
Vargas Aignasse defendió la propuesta señalando que se trata de “un proyecto importante desde una visión turística que busca rescatar una experiencia culinaria y cultural de la provincia, poniendo en valor a la achilata al igual que ocurrió con el sánguche de milanesa, la empanada tucumana o el panchuque”.
Con esta declaración, la achilata se incorpora al conjunto de sabores tucumanos reconocidos como patrimonio cultural y turístico, reforzando la identidad gastronómica de la provincia y ofreciendo a los visitantes una experiencia auténtica que forma parte de la tradición local.