La iniciativa fue aprobada por una mayoría clara de 7 votos a favor y 4 en contra, con la ausencia del concejal Morelli, y significó un giro político de alto impacto: hasta ese momento, Concepción era el único municipio de la provincia que no había confirmado el pago del bono navideño a sus trabajadores.
El decreto, anunciado la semana pasada por el gobernador
Osvaldo Jaldo, establece el pago de un bono no bonificable, a abonarse en una sola cuota entre el 22 y el 23 de diciembre, luego del pago del medio aguinaldo. La medida alcanza a empleados provinciales, municipales y comunales, y fue extendida también a docentes privados y policías retirados. Según cifras oficiales, implica un esfuerzo financiero histórico para la Provincia, con una inversión cercana a los $15.000 millones.
Durante el tratamiento del proyecto, Jiménez fue enfático en sus fundamentos. Señaló que “
es justo y necesario que la familia municipal de Concepción acceda a este beneficio en igualdad de condiciones con el resto de los empleados públicos de Tucumán”, y remarcó que todos los municipios, incluso aquellos que no integran el pacto social provincial, ya habían anunciado su adhesión al pago del bono.
El concejal también subrayó que este beneficio se suma al aumento salarial del 14% otorgado a los empleados estatales hasta diciembre, reforzando el poder adquisitivo en un contexto económico complejo y de alta inflación.
En ese marco, sostuvo que el Concejo Deliberante no podía permanecer ajeno a una decisión de semejante alcance social y que su rol institucional es “
bregar por el bienestar de la familia municipal”.
La ordenanza sancionada establece en su artículo primero la adhesión formal de la Municipalidad de Concepción al decreto provincial, garantizando el pago del bono de $100.000 a los empleados municipales. En el artículo segundo, dispone la adecuación de las partidas presupuestarias necesarias para cumplir con la medida, despejando así cualquier objeción administrativa o financiera.
El debate dejó al descubierto diferencias políticas profundas. Mientras la oposición del Concejo defendió la ordenanza como una herramienta de justicia social y equidad, los votos en contra cuestionaron el impacto económico en las arcas municipales. Sin embargo, la mayoría impuso su criterio y avanzó con una decisión que tiene un fuerte respaldo social.
El trasfondo de la polémica es más profundo. El bono como medida de alivio en un contexto económico agobiante, y en Concepción el debate giró en torno a prioridades políticas. ¿Había recursos y no voluntad? ¿O la negativa era una señal de ajuste selectivo? ¿El Ejecutivo vetara el proyecto aprobado?.
Con esta ordenanza, el Concejo Deliberante marcó la agenda y envió un mensaje político claro: Concepción no puede quedar al margen de las políticas provinciales de contención social. La aprobación del bono no solo garantiza un alivio económico para cientos de familias municipales en vísperas de Navidad, sino que también posiciona al cuerpo legislativo como un actor central en la defensa de los derechos de los trabajadores.