Desde el inicio del cónclave el miércoles, los 133 cardenales electores han estado aislados en la Capilla Sixtina, cumpliendo con el riguroso protocolo de votación. Para que un candidato sea elegido, debe obtener al menos 89 votos, equivalentes a dos tercios del total.
La jornada comenzó temprano con una oración en la Capilla Sixtina, seguida por la primera votación del día alrededor de las 9:30. Sin embargo, el humo negro que emergió de la chimenea del Vaticano confirmó que no hubo acuerdo. La segunda votación, realizada cerca del mediodía, tampoco logró definir al nuevo pontífice, lo que llevó a una nueva fumata negra.
Miles de fieles y turistas se congregaron en la Plaza de San Pedro, expectantes ante la posibilidad de un anuncio. La incertidumbre crece, especialmente porque el proceso podría extenderse varios días, como ha ocurrido en cónclaves anteriores.
Por la tarde, los cardenales retomarán las votaciones con dos nuevas rondas programadas para las 16:30 y 19:00. Si logran un acuerdo, el humo blanco podría aparecer antes del anochecer, anunciando el tan esperado “Habemus Papam”.