El Ejecutivo ha dejado en claro que no permitirá modificaciones en el presupuesto destinadas a mejorar los ingresos de los jubilados. La medida, que ha generado un fuerte debate en el Congreso, enfrenta la presión de sectores opositores que buscan aprobar un aumento del 7,2% en las jubilaciones y elevar el bono extraordinario de $70.000 a $105.000 o $115.000.
Desde la Casa Rosada sostienen que el costo fiscal de estas iniciativas superaría los 12.000 millones de dólares, lo que representaría un 1,8% del PBI. Por ello, el oficialismo ha advertido que cualquier proyecto que avance en esta dirección será vetado por el presidente.
La oposición, por su parte, intenta consolidar una mayoría suficiente para contrarrestar el veto y garantizar la aprobación de los aumentos. Sin embargo, el Gobierno ha demostrado que está dispuesto a resistir la presión política con tal de mantener su meta de déficit cero.
El debate sobre el futuro de los jubilados sigue abierto, mientras el Congreso se prepara para una sesión clave que definirá el rumbo de estas iniciativas. La tensión entre el oficialismo y la oposición marca un nuevo capítulo en la disputa por los recursos y la política económica del país.