Desde el entorno de Javier Milei no ocultaron su intención de capitalizar políticamente el episodio, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde el Presidente busca consolidar su base electoral. En redes sociales, Milei replicó el video del cruce en el recinto y lo vinculó directamente con la campaña: “En octubre podemos terminar con ese castigo social llamado kirchnerismo”.
Aunque algunos funcionarios lamentaron la imagen institucional que dejó la sesión, en privado reconocen que el resultado fue funcional a los intereses del oficialismo. En un Congreso fragmentado y con escasa capacidad de negociación, el escándalo se transformó en una herramienta de campaña. Y en la lógica libertaria, si sucede, conviene.