En la Casa Rosada reconocen que la relación con el interior atraviesa su momento más delicado desde el inicio de la gestión. Sin embargo, evitan confrontar abiertamente con los gobernadores y apuestan a una salida negociada. “Falta mucho para llegar a los vetos. Todavía hay margen para el diálogo”, deslizó un funcionario con despacho en Balcarce 50.
La próxima semana será clave: si no hay avances, la oposición podría convocar nuevas sesiones especiales y avanzar con proyectos que desafían el corazón del programa libertario. El Gobierno, mientras tanto, busca ganar tiempo y evitar que la tensión se transforme en ruptura.