El conflicto, lejos de ser nuevo, pone al descubierto un entramado de indiferencia institucional que tiene al intendente
Pablo Macchiarola en el centro de las críticas. Mientras el Gobierno Provincial —a través del gobernador
Osvaldo Jaldo y el vicegobernador
Miguel Acevedo— ha manifestado su compromiso con la resolución del conflicto, el municipio de
Yerba Buena ha optado por el silencio administrativo y la inacción, bloqueando la firma de un convenio que es clave para avanzar con el proceso.
Según informaron los docentes mediante un comunicado oficial, en mayo lograron establecer un canal de diálogo con autoridades provinciales, a través del Sindicato Municipal de Yerba Buena. El vicegobernador Acevedo recibió a una delegación docente, escuchó el reclamo y se comprometió a facilitar el camino para que el gobernador Jaldo pudiera intervenir.
El propio gobernador, en aquella instancia, expresó su voluntad de otorgar el tan postergado reconocimiento, aunque advirtió que el trámite requería un tiempo administrativo. Ese tiempo ya ha pasado y, sin embargo, el expediente se encuentra hoy detenido por una única razón: la falta de firma del convenio por parte del intendente Macchiarola.
La semana pasada, una nueva comitiva docente —acompañada por directivos y delegados— acudió al Ministerio del Interior, donde se les informó que todo está listo a nivel provincial, pero que el intendente de Yerba Buena no ha cumplido con su parte. “
La única firma que falta es la del intendente. Todo lo demás ya está”, denunciaron los docentes.
Este miércoles, está prevista una reunión clave: el gobernador Jaldo recibirá formalmente a la comunidad educativa para la firma del convenio. No obstante, sin la rúbrica del jefe municipal, el acuerdo carecerá de validez jurídica, y el conflicto seguirá latente.
Mientras tanto, los alumnos siguen sin clases y los docentes —presentes en sus lugares de trabajo— se ven obligados a sostener un quite de colaboración como única herramienta de visibilidad ante un municipio que, según los trabajadores de la educación, viene dando la espalda sistemáticamente a su propia escuela municipal. “
No hay respuestas, no hay claridad, no hay voluntad política desde el municipio”, expresaron con frustración.
La comunidad educativa insiste en que este reclamo no es político ni sectorial, sino una demanda legítima por derechos laborales básicos, que no puede seguir siendo ignorada.
Con la esperanza puesta en el encuentro con el gobernador y la exigencia de un gesto mínimo por parte del intendente Macchiarola, los docentes advirtieron: “
Si el convenio no se concreta, el quite de colaboración continuará indefinidamente.”
El conflicto de la Escuela Municipal Petrona J. C. de Adami no es un caso aislado, sino un reflejo de cómo la desidia institucional puede precarizar una función tan esencial como la educación pública. Mientras tanto, la comunidad espera, observa, y empieza a preguntarse: ¿hasta cuándo el intendente Pablo Macchiarola seguirá bloqueando una solución que está al alcance de su firma?.