Con apenas cinco meses de apertura, House Fit ya se ganó un lugar en el corazón de sus socios. “Somos nuevos en el rubro, pero estamos aprendiendo día a día. Lo que más nos importa es que la gente se sienta cómoda, acompañada y en familia. Este gimnasio es nuestra segunda casa”, expresó Solimo con orgullo.
La historia de
House Fit tiene un origen muy particular.
Milagros Solimo contó que todo comenzó durante la pandemia, cuando las restricciones los obligaron a entrenar en casa: “Empezamos con YouTube, compramos un par de mancuernas, una barra, unos discos… y de a poco fuimos armando nuestro propio espacio. Sin querer, lo que empezó como un rincón familiar terminó siendo un gimnasio de verdad.”
Lo que al principio era una forma de mantenerse activos, se transformó en un proyecto de vida compartido. “Entrenar juntos era una manera de mantenernos fuertes física y emocionalmente. De ahí nació la idea de House Fit”, recordó.
Mili hizo hincapié en el impacto del ejercicio físico en la salud mental, un tema que cobra cada vez más relevancia en la sociedad actual: “El gimnasio es un lugar donde uno desconecta, se enfoca y se tranquiliza. Te ayuda a despejarte, a conocer gente y a formar vínculos. Hay mucha gente que va no solo a entrenar, sino a sentirse acompañada.”
Según explicó, uno de los grandes valores del gimnasio es el sentido de comunidad: “Nos gusta que se genere un ambiente familiar. Que los socios se conozcan, se apoyen, se diviertan. Queremos que cada persona que entra se sienta parte de algo.”
House Fit ofrece una amplia variedad de opciones para todos los gustos y edades: musculación, boxeo, funcional, cross funcional y zumba.
“Hoy la gente busca entrenamientos variados, que sean dinámicos y se adapten a sus objetivos. En nuestro gimnasio podes hacer todo: máquinas, clases y rutinas personalizadas. Queremos que entrenar sea una experiencia divertida y sostenible.”
Solimo también destacó que cada socio puede acceder a personal trainers y rutinas personalizadas: “Contamos con entrenadores que trabajan con objetivos individuales, y eso se ofrece como un servicio adicional. Cada persona tiene un recorrido distinto, y queremos acompañarla en ese proceso.”
Entre risas, la joven emprendedora defendió una de las clases más populares: “¡Zumba es espectacular! Llegas cansado o con un mal día y salís feliz. Bailar te cambia el ánimo. No importa la edad, lo importante es moverse y disfrutar.”
Milagros insistió en que House Fit no es solo un espacio de entrenamiento, sino un lugar con identidad: “No somos una cadena ni una franquicia. Somos una familia que ama lo que hace. Queremos que nuestros socios sientan eso: calidez, contención y motivación.”
El gimnasio, ubicado en
Avenida Mitre 564 (entre Santiago y Corrientes) de San Miguel de Tucumàn, abre de lunes a viernes de 7 a 23 horas, y los sábados de 17 a 20.
“La cuota incluye todo: podes tomar clases, usar máquinas y venir las veces que quieras. Queremos que la gente sienta libertad para entrenar como le guste.”
House Fit también tiene presencia activa en redes sociales: se los puede encontrar en Instagram como
@housefit.tuc, donde comparten rutinas, clases y actividades especiales.
Para Milagros Solimo, el gimnasio es mucho más que un emprendimiento:
“House Fit nació del amor por el deporte y por la familia. Queremos que cada persona que entre por esa puerta se sienta en casa. Por eso lo llamamos así: porque es nuestra casa fit.”.