El Poder Ejecutivo ratificó ante el Congreso su proyección de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI del 5,5%) para 2025, en el marco del adelanto del Presupuesto 2026. La estimación oficial se apoya en una recuperación sectorial liderada por la industria, el comercio y el agro, y prevé subas en todos los componentes de la demanda: consumo privado (+7,2%), inversión (+22,7%) y exportaciones (+3,7%).
Sin embargo, las consultoras privadas advierten que la economía comenzó a mostrar signos de desaceleración. Según los últimos relevamientos, la actividad cayó entre 0,2% y 0,5% en mayo, tras un rebote en abril que había compensado la baja de marzo. El Índice Líder de Actividad de Analytica mostró una contracción del 0,5%, mientras que Invecq y Ferreres registraron bajas similares.
Entre los factores que explican el freno se destacan:
- Altas tasas de interés reales, que encarecen el crédito y desincentivan el consumo.
- Caída de salarios en términos reales, que limita la recuperación del poder adquisitivo.
- Aumento de la morosidad, especialmente en préstamos personales y tarjetas.
- Desempeño dispar por sectores, con retrocesos en construcción y bienes durables.
Aunque el Gobierno insiste en que se trata de una recuperación sólida, algunas consultoras señalan que el nivel de actividad está apenas 0,6% por encima de abril de 2022, lo que sugiere que aún no puede hablarse de crecimiento sostenido.