Galperin, lejos de retractarse, redobló la apuesta y reflotó la idea de una “banca Simons”, donde los bancos no puedan prestar dinero de los depósitos a la vista, sino operar solo con capital propio. La propuesta, alineada con la visión original de Javier Milei, vuelve a poner sobre la mesa el debate fundacional del oficialismo: ¿es viable eliminar el Banco Central en un sistema moderno?
Por ahora, el BCRA sigue operando con metas de agregados monetarios, bandas cambiarias y control de tasas. Pero el peso político y empresarial de Galperin reavivó una discusión que parecía fuera de agenda. Y en redes, el cruce dejó una conclusión clara: cerrar el Banco Central no es solo una consigna, es una batalla de modelos.