Empresarios del rubro señalan que la modalidad de ahorro previo, históricamente utilizada por miles de argentinos para acceder a un vehículo, se volvió poco atractiva frente a la volatilidad económica. A esto se suma la dificultad para cumplir con los pagos en tiempo y forma, lo que genera morosidad y cancelaciones anticipadas.
La baja en la suscripción impacta directamente en la cadena automotriz, que depende en gran parte de estos planes para sostener la producción y la comercialización. Desde las concesionarias advierten que, sin medidas que reactiven el consumo, el sector podría enfrentar una desaceleración más profunda.
Además, se observa una retracción en el interés por modelos nacionales, mientras crece la expectativa por vehículos importados, aunque con restricciones de ingreso y precios elevados. El escenario plantea desafíos para la industria local, que busca alternativas de financiamiento más accesibles y previsibles.
La caída en los planes de ahorro refleja el estado de ánimo del consumidor argentino: cautela, incertidumbre y necesidad de reorganizar prioridades ante un contexto económico complejo.