El informe señala que, si bien algunos rubros como indumentaria y alimentos mostraron leves repuntes, el promedio general se mantuvo en baja. Comerciantes de todo el país advierten que los clientes priorizan productos esenciales, reducen cantidades y postergan compras no urgentes.
Además, se observa un cambio en los hábitos de consumo, con mayor búsqueda de promociones, pagos en cuotas y migración hacia canales digitales. A pesar de estos ajustes, las pymes enfrentan dificultades para sostener sus niveles de facturación y cubrir costos operativos.
Desde CAME se reiteró el pedido de medidas que alivien la presión fiscal, faciliten el acceso al crédito y promuevan el consumo. También se destacó la necesidad de políticas que fortalezcan el entramado productivo local, especialmente en contextos de alta inflación.
La caída de ventas en septiembre se suma a una serie de meses con desempeño negativo, lo que genera preocupación en el sector comercial. Las pymes, motor clave de la economía argentina, siguen esperando señales que reactiven la demanda y estabilicen el mercado.